_______________Editorial
Las llamadas perdidas no lo son "para nada" y la prueba la tenemos en "los cabreos" que originan cuando se pierden de verdad y alguien no acude a la cita, o no nos la devuelve a tiempo, etc...
Algo parecido son los mensajes que en el Facebook, se dejan así como a la deriva de las olas internautas, esas frases que expresan un estado de ánimo concreto, ese "me voy a dormir, que estoy "matao"", o ese " ¡estoy harto de currar!" que de repente expeta cualquiera de nuestros "amigos" agregados, y que, no esperando respuesta inmediata, sí se convierte en "baliza" perdida, que desea llamar la atención y, de alguna manera, un comentario de respuesta. Según el grado de amistad, nos atrevemos a contestar o no nos entrometemos, pensando discretamente que el mensaje quizá va dirigido a amigos más íntimos de aquel que los emite. Esas "llamadas perdidas" de atención sobre nosotros, alguna vez quedan perdidas de verdad, ya que ninguno de nuestros numerosos "facebookianos" se atreve a comentar nuestro estado de ánimo y entonces quedamos un poco a la deriva, como esos barcos que salieron solamente unos metros del puerto, por curiosear, y ahora se ven desarbolados en medio de una galerna tormentosa.
Siempre queda el consuelo de pensar que "ellos", esos otros que están al otro lado de la pantalla, no vieron el mensaje o piensan que verdaderamente lo que queremos es desahogarnos, como el que abre una ventana y grita, sin esperar ningún eco que nos devuelva nuestra pregunta.
Yo, a veces me arriesgo y otras me reservo mis intimidades, pero por si acaso hoy diré: "¡Estoy harto de semana y quiero que llegue el viernes!" aunque no sea del todo verdad. ¡Uhm! Funciona esta llamada perdida...incluso sin respuesta. Buena noche.
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